José María Tinoco

Me llamo José María Tinoco y desde que comencé mi carrera como peluquero en 1991, he recorrido un extenso camino que me ha llevado desde trabajar arduamente en un negocio tradicional hasta construir un negocio exitoso. Ahora, no tengo que preocuparme cada vez que pago las nóminas a mis empleados o los impuestos trimestrales, gracias a cumplir mi propósito y mi misión de vida.

Desde que definí mi propósito y misión de vida, he enfrentado desafíos (lo que otros llamarían «problemas») que, al superarlos, me han acercado cada vez más a mi objetivo final: una vida profesional y familiar exitosa que disfruto hoy en día. Uno de estos desafíos ocurrió hace años, cuando las casas comerciales me obligaban a comprar grandes cantidades de productos que luego no lograba vender y terminaban en mi almacén, en la basura o incluso regalados a clientes.

Esta situación me hizo reflexionar no solo sobre mi propia experiencia, sino también sobre los comentarios de otros peluqueros que enfrentaban situaciones aún peores. Fue entonces cuando decidí crear un segundo negocio que funcionara en paralelo a mi salón de peluquería. Así fue como establecí un negocio mayorista donde compraba directamente a fábrica y distribuía los productos a un precio más bajo que las casas comerciales.

¿Quieres saber qué me llevó a cambiar mi mentalidad de peluquero a la de empresario peluquero? El nacimiento de mis hijos. Hoy en día, gracias a seguir desarrollando esta mentalidad empresarial en el ámbito de la peluquería, dirijo varios salones con profesionales destacados a quienes les he transmitido los conocimientos necesarios para que piensen como empresarios y no solo como peluqueros. Esto les permite aprovechar al máximo tanto su vida personal como profesional.

Cada vez más peluqueros me contactan para recibir ayuda a través de mis programas de análisis empresarial, ya que el éxito no solo se basa en ser un excelente estilista, sino también en marcar la diferencia con tus clientes potenciales. Es crucial mantenerse actualizado, ya que si los clientes escuchan hablar de alguien que está un paso adelante y tú no estás al día, corres el riesgo de quedarte atrás.